viernes, 24 de junio de 2011

Un cierre que no cierra...

Este viernes, como es costumbre, nos encontraremos en la Sede Constitución de la Facultad de Cs. Sociales, Aula 212, 20hs, para realizar nuestro "taller de peronismo", pero esta vez con particularidad cierra el cuatrimestre y, por lo tanto, cierra una primera etapa. Será pues, el "acto de clausura de las sesiones ordinarias" de esta etapa inicial del taller.

Llegado a este punto del camino, el cual nos enorgullece, decidimos mirar lo hecho y repensar para ver como seguir.

Estamos muy contentos de haber podido sostener un espacio semanal de reflexión crítica sobre el peronismo de altísima calidad intelectual, o lo que algunos denominan, "excelencia académica".

Logramos en ese sentido poder discutir con altura muchos problemas y no le "esquivamos el bulto" a nada.

Se escucharon palabras durísimas y ellas fueron recibidas con el buen ánimo de quien busca conocer,   debatir  intelectualmente y  formación política en un tema fundamental. Tan fundamental como excluido de las bibliografías de las materias de la facultad. Llamativo no? Sintomático? Quizá...

Lo cierto es que ante esta propuesta muchas fueron las respuestas y repercusiones que tuvimos: desde la de los diarios Perfil y La Nación con su conocidas posturas hasta el aliento de compañeros, el dato para agregar y el punto para discutir.  Agradecemos a todos pues de todos aprendimos pero sobre todo a aquellos que lo hicieron con cariño y afecto.

Es verdad que no pudimos llevar adelante todo el programa tal cual hubiéramos querido, la verdad es que todos los invitados tenían mucho para decir y esas las intervenciones disparaban discusiones para todos lados y todos muy pasionalmente teníamos ganas de seguirla y creímos bueno darnos esos gustos.

Por otra parte para llevar adelante el programa completo hubiéramos necesitado mucho más tiempo y la para invitar a la cantidad de invitados que quisiéramos tener no nos alcanzaría el año, pero nos alcanzarán posteriores encuentros.

Por último, decirles que las palabras finales estarán a cargo de los compañeros graduados Gastón Salcedo y Juan Olivera que referirán sobre lo discutido hasta el momento, terminando con palabras dichas sobre al 17 de octubre.

 GraduadosFSOC - La Cámpora


Compañeros con emotivo sentido militante les envío estos textitos para compartir en este último encuentro (de este ciclo) del querido "Taller de Peronismo".
Debo decir que ha sido para mi una grandísima sorpresa y alegría el haber compartido con tantos compañeros estos encuentros de los Viernes; que han aportado para nuestra formación militante, y al mismo tiempo, nos han servido para afianzar los lazos fraternales en esta construcción popular que estamos llevando adelante entre todos dentro del proyecto nacional y popular que nos legaron Cristina y Nestor: La Cámpora.
Hoy, en la facultad de Sociales -¡lo digo con orgullo!- hay una agrupación kirchnerista, que retoma las banderas del movimiento nacional peronista, y que con militancia y coraje las reafirma y las recrea, haciendo de ellas una nueva idea acorde a los tiempos que corren en la Argentina y en el continente americano.
Por eso compañeros es una enorme alegría haber compartido juntos este paso, en la unidad concreta, para la militancia, el compromiso y la organización popular.
¡Saludos a todos y todas! 
A seguir militando con todo, como lo hacemos todos los días, por una patria libre justa y soberana.
Nos vemos ahí.

Juanjo Olivera

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FORJA Y EL 17 DE OCTUBRE

Frente a los momentos en que vive el país, la UCR (FORJA) dio a conocer una declaración en la que fijan su posición. La misma expresa lo siguiente:
"La Junta nacional de F.O.R.J.A. en presencia de la agitación oligárquica promovida por las fuerzas de la reacción en convivencia con las izquierdas extranjerizantes y de la inquietud reinante entre los trabajadores ante el riesgo de una restauración de los sistemas de opresión económica y de dominación imperialista establecidos desde el 6 de septiembre de 1930 por la misma confabulación de intereses y de ideologías. DECLARA:
1. Que el debate planteado en el seno de la opinión está perfectamente deslindado el campo entre la oligarquía y el pueblo, cualquiera sean las banderas momentáneas que se agiten y que en consecuencia y en cumplimiento de su deber, argentino y radical, expresa su decidido apoyo a las masas trabajadoras que organizan la defensa de sus conquistas sociales.
2. Que como se expresa en la declaración de principios de F.O.R.J.A., sancionada en el acto de su fundación el 29 de junio de 1935, en la lucha del pueblo contra la oligarquía como agente de las dominaciones extranjeras, corresponde a la Unión Cívica Radical asumir la dirección de la lucha.
3. Que el Comité Nacional de facto que se atribuye la representación de la UCR se ha pasado al campo de la oligarquía al desoir la opinión y las orientaciones de las figuras representativas del radicalismo yrigoyenista.
4. Que frente a la vacancia de la conducción partidaria, es deber de esos hombres representativos el asumirla para que ésta sea expresión clara del pensamiento revolucionario de Yrigoyen en el que encuentran solución integral las inquietudes actuales del pueblo argentino, sintetizadas en: PATRIA, PAN Y PODER AL PUEBLO
Octubre 17 de 1945, Buenos Aires.
Por la Junta Nacional de F.O.R.J.A. (Fdo):Arturo M. Jauretche, presidente; Francisco Capelli, secretario general"

Fuente:
Forja y la Década Infame, por Arturo Jauretche, Peña Lillo Editor.

Leopoldo Marechal
"Era muy de mañana, y yo acababa de ponerle a mi mujer una inyección de morfina (sus dolores lo hacían necesario cada tres horas). El coronel Perón había sido traído ya desde Martín García. Mi domicilio era este mismo departamento de la calle Rivadavia. De pronto, me llegó desde el Oeste un rumor como de multitudes que avanzaban gritando y cantando por la calle Rivadavia: el rumor fue creciendo y agigantándose, hasta que reconocí primero la música de una canción popular, y en seguida su letra:«Yo te daré, / te daré, Patria hermosa, / te daré una cosa, / una cosa que empieza con P, / Perooón». Y aquel «Perón» resonaba periódicamente como un cañonazo.
"Me vestí apresuradamente, bajé a la calle y me uní a la multitud que avanzaba rumbo a la Plaza de Mayo. Vi, reconocí, y amé los miles de rostros que la integraban: no había rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina «invisible» que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas, y que no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellas horas me hice peronista."
(Palabras con Leopoldo Marechal, por Alfredo Andrés, 1968.)

Raúl Scalabrini Ortiz.
Raúl Scalabrini Ortiz
"Es increíble y hasta admirable el poder de persuaden y de ejecución de nuestra oligarquía. En el mes de octubre de 1945, el coronel Perón fue destituido y encarcelado. El país azorado se enteraba de que el asesor de la formación del nuevo gabinete era el doctor Federico Pinedo, personaje a quien no puede calificarse sino con la ignominia de su propio nombre. El Ministerio de Obras Públicas había sido ofrecido al ingeniero Atanasio Iturbe, director de los Ferrocarriles británicos, que optó por esconderse detrás de un personero. El Ministerio de Hacienda sería ocupado por el doctor Alberto Hueyo, gestor del Banco Central y presidente de la Cade, entidad financiera que tiene una capacidad de corrupción de muchos kilovatios.
"La oligarquía vitalizada reflorecía en todos los resquicios de la vida argentina. Los judas disfrazados de caballeros asomaban sus fisonomías blanduzcas de hongos de antesala y extendían sus manos pringadas de avaricia y de falsía. Todo parecía perdido y terminado. Los hombres adictos al coronel Perón estaban presos o fugitivos. El pueblo permanecía quieto en una resignación sin brío, muy semejante a una agonía.
"Con la resonancia de un anatema sacudía mi memoria el recurso de las frases con que hace muchos años nos estigmatizó al escritor Kasimir Edschmidt. "Nada es durable en este continente, había escrito. Cuando tienen dictaduras, quieren democracias. Cuando tienen democracia, buscan dictaduras. Los pueblos trabajan para imponerse un orden, articularse, organizarse y configurarse, pero, en definitiva, vuelven a combatir. No pueden soportar a nadie sobre ellos. Si hubieran tenido un Cristo o un Napoleón, lo hubieran aniquilado".
"Pasaban los días y la inacción aletargada y sin sobresaltos parecía justificar a los escépticos de siempre. El desaliento húmedo y rastrero caía sobre nosotros como un ahogo de pesadilla. Los incrédulos se jactaban de su acierto. Ellos habían dicho que la política de apoyo al humilde estaba destinada al fracaso, porque nuestro pueblo era de suyo cicatero, desagradecido y rutinario. La inconmovible confianza en las fuerzas espirituales del pueblo de mi tierra que me había sostenido en todo el transcurso de mi vida, se disgregaba ante el rudo empellón de la realidad.
"Pensaba con honda tristeza en esas cosas en esa tarde del 17 de octubre de 1945. El sol caía a plomo cuando las primeras columnas de obreros comenzaron a llegar. Venían con su traje de fajina, porque acudían directamente de sus fábricas y talleres. No era esa muchedumbre un poco envarada que los domingos invade los parques de diversiones con hábito de burgués barato. Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pingües, de restos de breas, grasas y aceites. Llegaban cantando y vociferando, unidos en la impetración de un solo nombre: Perón. Era la muchedumbre más heteróclita que la imaginación puede concebir.
"Los rastros de sus orígenes se traslucían en sus fisonomías. El descendiente de meridionales europeos, iba junto al rubio de trazos nórdicos y el trigueño de pelo duro en que la sangre de un indio lejano sobrevivía aún. El río cuando crece bajo el empuje del sudeste disgrega su enorme masa de agua en finos hilos fluidos que van cubriendo los bajidos y cilancos con meandros improvisados sobre la arena en una acción tan minúscula que es ridícula y desdeñable para el no avezado que ignora que es el anticipo de la inundación. Así avanzaba aquella muchedumbre en hilos de entusiasmos que arribaban por la Avenida de Mayo, por Balcarce, por la Diagonal.
"Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas vaharadas, mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de la Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados en el mismo grito y en la misma fe iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor mecánico de automóviles, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el substrato de nueva idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí presente en su primordialidad sin reatos y sin disimulos. Era el de nadie y el sin nada en una multiplicidad casi infinita de gamas y matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una misma verdad que una sola palabra traducía: Perón."
(En Hechos e Ideas, febrero 1946.)
 
Eva Perón
"Nació en los surcos, en las fábricas y en los talleres. Surge de lo más noble de la actividad nacional. Fue concebido por los trabajadores en el trabajo y su desarrollo contempla sus aspiraciones también en el trabajo.
"Soy peronista por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal y por apasionada solidaridad y gratitud a mi pueblo, vivificado y actuante otra vez por el renacimiento de sus valores espirituales y la capacidad realizadora de su Jefe, el General Perón. Esta es la definición de un peronismo auténtico, que tiene su raíz en la mística revolucionaria. Esta es la definición del peronismo del 17 de octubre de 1945, sin otro interés, sin otro cálculo, sin otra proyección que el bienestar de la Patria traducido en el bienestar de los trabajadores en sus múltiples actividades.
"Yo invito al pueblo a meditar sobre el significado, sobre la honda proyección del 17 de octubre. Es la única, la auténtica, la definitiva revolución popular que se opera en nuestro pueblo. Una revolución histórica se justifica cuando sus causas sociales, políticas y económicas las determinan. Y ahí está la justificación de la revolución histórica del 17 de octubre. Fue determinada por causas sociales, políticas y económicas. En lo social, el abandono total de la justicia, con el enquistamiento de los privilegiados y la explotación del trabajador. En lo político, con la sistematización del fraude en favor de los partidos que se turnaban en el Gobierno o se quitaban mutuamente según el menor o mayor apoyo de los intereses en juego y en lo económico, el entreguismo y la venta del país, surgidos de sus reyertas. "Contra ello, y para destruir este estado de cosas, el pueblo rescató a su Líder y lo ubicó en este balcón el 17 de octubre de 1945."
Discurso del 17 de octubre de 1949.


 
Borges y el Día de la Lealtad

JORGE LUIS BORGES: ¿Por qué asunto viene?
DINAMIS: Quisiéramos que hiciera una declaración sobre el 17 de octubre...
J.L.B.: ¿De qué 17 de octubre?
D.: Del 17 de octubre de 1945.
J.L.B. (pensativo): ¿Como, ese día de los peronistas?
D.: Sí.
J.L.B.: No, caramba, de eso no hablo.
D.: ¿Por qué?
J.L.B.: Cómo por qué. Usted no se acuerda porque por la voz me doy cuenta que es muy joven, pero usted no sabe lo que fue eso, horrible. Algo tremendo.
(Aparece la secretaria, le da el brazo y Borges se retira indignado. La señorita Santillán, que colabora con el director de la Biblioteca, refuerza: "Le dijimos que sobre esas cosas no quiere hablar porque se pone nervioso. ¡También ustedes los periodistas, preguntan cada cosa!")
J.L.B. (desde lejos): Como en el truco, cerramos.

Arturo Jauretche

Me han pedido para DINAMIS que la colaboración de este número verse sobre el tema 17 de octubre.
Es difícil decir algo nuevo sobre la significación de un acontecimiento que para millones de argentinos define un momento límite de nuestra historia. Por otra parte la historia de ése momento no es tan historia como para un análisis objetivo del quehacer de cada grupo y cada hombre, en su gestación, desarrollo y culminación. La pregunta: ¿Quiénes fueron los actores, cual fue la participación de cada uno en algo en que todos fuimos actores?, introduce un elemento de subjetividad que en lugar de aclarar confunde. Para el soldado que está en uno de los centenares de campos de batalla de una gran guerra, la batalla definitiva es esa en la que él estuvo y ése el lugar preciso del acontecer histórico. Así cada uno de los actores tiene una versión propia del acontecimiento; propia y desmesurada, porque solo es una parte de lo colectivo. Si me tocara definir por ejemplo, quien hizo el 17 de octubre de 1945, yo tendría que contestar con las clásicas palabras de Fuenteovejuna: TODOS A UNA.
Estas son algunas de las razones por las cuales se me ha ocurrido que mi rememoración de la fecha en estas columnas, sea la reproducción de la que publiqué en DEMOCRACIA el 4 de abril de 1946, cuando la tinta estaba aún caliente del hecho nuevo.

El Aventino este, era escarpado como el monte aquel. No áspera roca ni verde colina, sino alta gradería de cemento o de madera; la herradura de Núñez o el círculo cerrado de "la bombonera", el "gasómetro" o cualquier otro.
Allí estaba la multitud retirada del foro, de la plaza pública y de la farsa del comicio. Y como no encontraba héroes nuevos, y los viejos la habían defraudado, los buscó entre los veintidós muchachos atléticos que allá abajo, en el verde de la cancha, cumplían su consigna poniendo toda la pasión en hacer su quehacer, de manera eficaz y completa.
Eran tiempos "falaces y descreídos" en el gobierno y abajo, tiempos de cálculo pequeño, con banderines de cantina y posturas de compromiso. No había en la política en qué creer y la necesidad de fe buscó otros derroteros y fue así que los héroes del deporte fueron los "Héroes".
En la angustia desesperada de los que buscaban la regeneración del país, se empezó a descreer en el pueblo, y hubo momento en que las voces clamantes del desierto parecían apagarse ganadas por un escepticismo angustiado que hacía paralelo al escepticismo gozoso de los que mandaban.
Y, sin embargo, esto tenía que ser así. Así ha sido siempre en la historia. En el espacio de tiempo que media entre una fe que muere, y una fe que nace, la frivolidad pone su imperio. Los viejos altares se van apagando y los nuevos tienen solo una llamita incipiente, que no alumbra aún el camino de las oscuras catacumbas donde fermenta el futuro.
Frívolas fueron en París las vísperas del 89. Frívolas en Petrogrado las vísperas del 17. María Antonieta jugaba a los pastores en Versailles, cuando alguien en los suburbios de París, afilaba guillotinas. Y en la corte del Zar nadie presentía tras las barbas de Rasputín, el rostro lampiño de los adolescentes de la marinería de Kronstand.
Aquí también la multitud se puso de pronto en movimiento. Comenzó a mirar hacia otro lado que el verde de las canchas, cuando en la mañana del 4 de junio vio avanzar, por Blandengues al centro, la columna militar. Y fue mirando, mirando, y creyendo, creyendo. El 17 de octubre ya tenía una fe y se volcó en la calle, a la carrera. Como si bajara los tablones y los escalones de cemento. Y porque ya tenía una fe, se quedó en la calle de guardia al lado del "héroe", que acababa de encontrar. Y sigue estando en la calle, rumorosa en el mitin, silenciosa en el sufragio, pero siempre al lado de la fe encontrada.
Es el Pueblo de la Revolución que ha vuelto al foro y que hoy estará presente en la Plaza de la República.
Pueblo de la Revolución. ¡Salud!
Reproducido en Mano a Mano entre nosotros, Juárez Editor, Buenos Aires, 1969.  


Arturo Frondizi

A 27 años de los hechos, el 17 de octubre es una fecha definitivamente incorporada a nuestra historia como pueblo y como Nación. Su contenido popular, expresado a través de las multitudes que marchaban hacia la Plaza de Mayo arrastradas por una vanguardia obrera en la que se unificaban las fuerzas del trabajo de todas las ramas de la producción, afirmaba un profundo contenido nacional. En los hechos de ese día se objetivaron coincidencias entre las aspiraciones del pueblo, esas vanguardias obreras en especial y las Fuerzas Armadas. Esta alianza implícita, sirvió de dique de contención a las minorías que intentaron capitalizar el acontecimiento y desviarlo hacia el callejón sin salida de las represiones masivas —como la que se dio en la Semana Trágica— o la guerra civil.
El 17 de octubre fue el pronunciamiento de un pueblo que consustanció en su jefe, el entonces coronel Perón, el motor de un nuevo proceso en el que la formalidad democrática no pudiera enmascarar la injusticia social. Fue el punto de partida para una revolución social, incruenta y transformadora que, hecha poder a través del comicio, generó una legislación social que nos colocó a los niveles en que se manifestaban las naciones más avanzadas y progresistas del mundo. El 17 de octubre selló esa unidad que ha presidido las etapas más constructivas de la nacionalidad que son aquellas en que nuestro pueblo y sus FF.AA. se unificaron en derredor de objetivos de bien común y de quebrantamiento del "statu quo" que ha servido históricamente al afianzamiento de nuestra dependencia de factores externos y sus agentes de nuestro país. Su más trascendente declaración, la que otorga a la independencia económica la condición de basamento para la soberanía política y la justicia social, compromete desde entonces la acción mancomunada de todos los argentinos. Ahora, sobre múltiples coincidencias que la gravedad de la crisis que empobrece al pueblo y está vaciando el país nos plantea, con alianzas de clases y sectores, entre las que inexorablemente se sumarán las instituciones que aquel 17 de octubre escucharon el clamor del pueblo, cerrarán el paso a la represión y aventarán el fantasma prefabricado de la guerra civil.

Mariano Grondona

1 — El 17 de octubre marca la aparición del sector obrero como un protagonista central del proceso político pero "a través" de la exaltación de un líder militar, lo que asegura su carácter nacional por una parte mientras, por la otra, consolida tendencias paternalistas que venían de la época conservadora.
2 — El 17 de octubre revela, a la vez el papel de factores ajenos a los factores militares en medio de un gobierno de facto y a favor de la división del Ejército. Dividido el Ejército, es posible la intervención arbitral de las otras dos fuerzas armadas. Divididas las Fuerzas Armadas, es posible la intervención en medio de un gobierno militar de actores civiles.
3—La fuerza del 17 de octubre es tal que proyecta a la vez el activo carismático de un líder sobre quienes le deben su aparición en la escena política y el "anticarisma" de quienes ven en ese líder y en su movimiento un fenómeno insuperablemente negativo. La energía de esta renovación política, compromete, así, los esfuerzos democráticos de una generación al trazar una frontera casi insalvable entre los seguidores y los enemigos de un carisma demasiado intenso para la tolerancia recíproca.
Juan José Hernández Arregui

"El proceso de industrialización que venía de la Primera Guerra Mundial y acrecentado rápidamente en el transcurso de la Segunda, había dado origen a un proletariado industrial destinado a una decisiva experiencia histórica en medio del pánico los partidos directa o indirectamente complicados con el pasado. Esas masas, decepcionadas del socialismo, ajeno a la realidad nacional, de radicalismo en plena descomposición histórica después de la muerte de su gran caudillo Hipólito Yrigoyen, y del comunismo, cuyas consignas nunca entroncaron con demandas populares del país, carecían de compromisos. El 17 de octubre no sólo fue una lección histórica para las fuerzas del antiguo orden sino la gigantesca voluntad política de la clase obrera. Su adhesión a un jefe no se fundó en artes demagógicas sino en las condiciones históricas maduras que rompían con las antiguas relaciones económicas del régimen de la producción agropecuaria, que superaban los programas de los partidos pequeño-burgueses de centro izquierda. La revolución política exigía la reforma social. La recuperación de la economía, enajenada al extranjero y la elevación del nivel de vida del hombre argentino explotado, son la doble faz de un mismo fenómeno: la toma de conciencia histórica de las masas. Todo el problema político de la Argentina actual se reduce a esta irrupción consciente de los trabajadores en la historia nacional."
(Imperialismo y Cultura, 1957)

Jorge Abelardo Ramos

"Al caer la tarde el sector céntrico de la ciudad es irreconocible. La pequeña burguesía, los estudiantes, los abogados, las gentes bien vestidas, el 'público culto' que había dominado hacía pocas horas las calles desaparecen. Algunos raleados grupos 'democráticos' desde las veredas, observan perplejos el inusitado espectáculo.
"Algunos en camiseta, muchos en camisa, otros montados en caballos, aquellos agrupados en camiones, trepados al techo de tranvías, amontonados en colectivos que perentoriamente debieron cambiar su ruta y conducirlos a la Plaza de Mayo, las mujeres obreras con sus niños en brazos, otros con pantalones arremangados hasta la rodilla, munidos de palos o de latas para agregar estrépito a su desfile, lanzando burlas soeces a los caballeros bien vestidos que miraban las manifestaciones en silencio, llevando carteles improvisados, o botellas vacías, bebiendo refrescos, comiendo un trozo de pan, enronquecidos y desafiantes, profiriendo ironías gruesas o epítetos agresivos, esa gigantesca concentración obrera inauguraba el 17 de octubre un nuevo capítulo en la historia argentina.
"La noche había caído sobre la ciudad y seguían llegando grupos exaltados a la Plaza de Mayo. Jamás se había visto cosa igual excepto cuando los montoneros de López y Ramírez, de bombacha y cuchillo, ataron sus redomones en la Pirámide de Mayo, aquel día memorable del año 20. Ni en el entierro de Yrigoyen una manifestación cívica había logrado congregar masas de tal magnitud. Cómo —se preguntaban los figurones de la oligarquía azorados y ensombrecidos— ¿pero es que los obreros no eran estos gremialistas juiciosos que Juan B. Justo había adoctrinado sobre las ventajas de comprar porotos en las cooperativas? ¿De qué abismo surgía esta bestia rugiente, sudorosa, brutal, realista y unánime que hacía temblar a la ciudad? Con el diario La Prensa retorcido a guisa de antorchas, aquella noche inolvidable, el proletariado iluminó con una llama viva la trama de la conspiración oligárquica. Miles de antorchas rodearon de una aureola ardiente, la mole espectral de la Casa de Gobierno." '
(Perón, Historia de su triunfo y su derrota, 1959.)
 
Cipriano Reyes

"La columna más maravillosa fue la que partió de Berisso. Estaba integrada por más de cinco mil compañeros; por el camino iban requisando todo lo que pudiera servir como medio de transporte: autos, colectivos, tarros, también pedían a la gente que se sumara a la marcha. Llegamos a eso de las cuatro de la tarde, antes había estado trabajando en la movilización. Yo viajaba en un coche con el compañero Ernesto Cleve. Cuando llegamos a Puente Barracas nos encontramos con mucha gente, ya que habían levantado el puente y no se podía seguir. Los compañeros se largaban al agua como podían, usaban los botes, los trasbordadores de los frigoríficos, tiraban bancos viejos o cualquier cosa que flotara para hacer balsas, otros simplemente nadaban en las sucias aguas del Riachuelo.
"Así era el ansia por pasar al otro lado. Les dije que fueran por el puente del ferrocarril. A los pocos minutos bajaron Puente Barracas y la gente se aprestó a cruzar. La policía intentó cerrar el paso e hizo una descarga cerrada al aire. Escuché decir a un oficial a sus subordinados: '¡Déjenlos pasar!... ¿Quién ataja ésto?'.
"Nos desplazamos por Barracas, tomando la avenida Montes de Oca hasta Constitución, donde hubo una concentración parcial. Volvimos a Bernardo de Yrigoyen para avanzar sobre Plaza Mayo. En cada cuadra se incorporaban más hombres y mujeres a la manifestación, desde los balcones nos aplaudían. Fue maravilloso." Rev. Así, 27 de octubre de 1970.

jueves, 16 de junio de 2011

La Cámpora, Graduados de Sociales, ya tienen su Centro de Organización y Participación para la Militancia


                                              
En Carlos Calvo 1641se levanta este verdadero fortín para defender el Proyecto Nacional y Popular que capitanea nuestra querida compañera Cristina Fernández de Kirchner, continuando el ejemplo militante y combativo del inolvidable Néstor Kirchner y de todos los mártires y héroes del pueblo peronista.
Desde La Cámpora. Constitución (COMUNA1) nos sumamos a esta red de espacios de participación y organización popular aportando nuestra militancia barrial y estudiantil. Estableciendo un compromiso con la sociedad y los problemas de la Ciudad de Buenos Aires.
Así, avanza desde los cimientos esta idea de entablar una relación mutua y compartida entre las universidades y el pueblo. Una relación tal vez olvidada por las burocracias académicas, ninguneada por los políticos tradicionales y bastardeada por las corporaciones multimediaticas de la información, pero revalorada e impulsada desde el 2003 por Néstor y Cristina.
¡Vaya nuestro saludo e invitación a todos los compañeros estudiantes, graduados y vecinos del barrio que se acercan a este nuevo espacio de La Cámpora para continuar el proceso de reconstrucción nacional que lleva adelante Cristina, y que vamos a votar su continuidad en este 2011 junto a nuestros candidatos por la Ciudad de Buenos Aires! 

   
      -Constitución (C.1)-
  
        Centro de Graduados de CS. Sociales 

 Un par de imagenes...

                                 

miércoles, 15 de junio de 2011

Homenaje al Gran Nicolás Casullo. Parece que vienen todos...


Los invitamos a participar de la Cátedra Libre de Pensamiento Crítico
Nicolás Casullo, la cual se realiza este miércoles 15 de Junio a las
21hs.   En el encuentro se realizará el cierre de la Cátedra libre
dedicada al pensamiento crítico y nacional y será en homenaje al
propio profesor por quien hemos dado la denominación a la misma,
Nicolás Casullo.
En esta ocasión los oradores serán:

- Sergio Caletti, Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA
- Matias Bruera, Sociólogo, investigador, docente de la Universidad de
Quilmes y de la UBA. 
- Ricardo Forster, Dr. en filosofía, investigador, docente de la
Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. ( A confirmar)
- Horacio Gónzalez, Director de la Biblioteca Nacional.( A confirmar)

Lugar: Hall del Auditorio, Sede Constitución (Santiago del Estero
1029), Facultad de Ciencias Sociales. 

Los esperamos!
-- 
La Cámpora Graduados de Sociales.

Blog: lacamporagraduadosfsoc.blogspot.com
FB :la cámpora graduadosfsoc



lunes, 13 de junio de 2011

Viernes 17 de Junio ¡NUESTROS CANDIDATOS PARA LA CIUDAD VIENEN A LA FACULTAD!

                                      

El Taller de Peronismo se pospone para el siguiente Viernes 24 de Junio, para recibir a nuestros candidatos para la Ciudad de Buenos Aires. El acto será a las 17hs en la Facultad de Ciencias Sociales (Santiago del Estero 1029). ¡Venite tenés que estar!