sábado, 31 de diciembre de 2011

La base fundamental del peronismo es la humildad

 
Por Juan Carlos Dante Gullo*

El peronismo es sinónimo de juventud y nos sigue apasionando como identidad, como vigencia de un paradigma que determina una cultura nacional, popular, de liberación, revolucionaria y transformadora.
Hace pocos días, la Presidenta convocó a los presidentes del mundo, a los gobiernos y a todos los hombres y mujeres, a volver a lo que significan los países con inclusión, que brinden igualdad de oportunidades. Ella habla de humanizar el capitalismo y generar oportunidades para todos. Y el peronismo es una doctrina profundamente humanista y cristiana. Esto está definido en una de nuestras 20 Verdades. Yo creo que con Néstor y con Cristina volvemos a encontrar una realidad que nos permite a muchos saber que nuestras raíces son muy sólidas, son muy profundas, pero también que nuestro tronco es muy sabio y que hay un follaje que no tiene límites, ni acá ni en el mundo.

Hay una vigencia tremenda del peronismo
La crisis que viven grandes países en Europa o Estados Unidos pone patas para arriba muchas de las ideas que nos habían volcado en las últimas décadas. En esta situación, hay una vigencia tremenda del peronismo y no me refiero solamente a la Argentina o a la región: hoy muchos analistas políticos, periodistas, incluso en foros académicos donde hace pocos años se planteaba que el peronismo era algo inentendible, le prestan atención, lo analizan y genera debates.

Políticas integrales
La participación de Néstor y Cristina en una realidad política como la Argentina -que tiene hoy mucho margen de maniobra, muchas cosas para mostrar, para difundir, muchas cosas para defender-, le da al peronismo una calidad y una importancia que muchos hombres y mujeres del mundo, presidentes, presidentas, dirigencias políticas, empresariales, sociales, hombres de la cultura, están buscando el por qué de esto. Yo creo que cuando Obama se reunió con Cristina la habrá mirado buscando a Kirchner, a Perón, a Evita, tratando de develar este misterio que significa una realidad política que tiene respuestas integrales para la Argentina, para la región y para el mundo.

El peronismo es sencillo
Pero el peronismo se explica con pocas palabras, es sencillo. Como bien explicaron nuestros prohombres Perón y Evita, se dio en una coyuntura donde un conductor contó con el pueblo que se movilizó y con un bagaje doctrinario y filosófico para llevarlo adelante –como decía Evita: esa masa, que organizada, es pueblo. El peronismo se entiende fácil, como Perón lo decía en ese discurso brillante en el Congreso de Filosofía, en Mendoza, que fue lo que hoy conocemos como La Comunidad Organizada. En dos palabras se define todo lo que está encerrado en el universo integral del peronismo, esas dos palabras son Tercera Posición. No hay más misterio. A través de esa Tercera Posición se definen políticas profundas, de fondo, políticas de soberanía. Es una cosa sencilla pero que determina una gran profundidad.

Tercera Posición
No fue fácil definir estas políticas en el 45. Ese año no solo tuvimos nuestro 17 de Octubre, sino que además finalizó la Guerra Mundial. Había un esquema de pensamiento muy rígido y una forma de concebir el mundo y las relaciones entre los pueblos y las naciones, que también era muy esquemático y rígido, que no dejaba a nadie libertad de acción. Es decir, se sale de la Segunda Guerra con un acuerdo de las potencias ganadoras donde el mundo se divide con una zona bajo la influencia de Estados Unidos y otra para la URSS. Y el resto de los países estaba supeditado. Y Perón dijo: no. Y ahí levantó la Tercera Posición a nivel internacional.

Una gran revolución
El peronismo fue una gran movilización y un gran cambio: el 17 de Octubre, como lo explica Evita, significa una gran revolución. Hay que leer La Comunidad Organizada, el Proyecto Nacional del 74, La Conducción Política. Hay piezas que fueron subestimadas porque hubo una intelligentzia -sigue habiendo ahora más en minoría-, que subestimó al peronismo como formador de pensamiento, de conciencia, de elaboración doctrinaria. Creyeron que era un elemento coyuntural y que eliminado el factótum, en este caso Perón, se olvidaban.

La Comunidad Organizada
No entienden que cuando los pueblos organizados toman conciencia, y si además lo hacen sobre la base de pensamientos que son muy sólidos, son invencibles. Si uno conoce y practica el abc del peronismo, jamás se le hubiese ocurrido decir relaciones carnales con Norteamérica, eso ya no es peronismo. Se confunde el que quiere, es muy fácil el peronismo. Cuando se llevan a la práctica políticas neoliberales que ponen la economía en función de los mercados y en contra de los pueblos, eso no es peronismo. No puede haber confusión en esto.
El peronismo es simple y a la vez muy profundo, porque las ideas son producto de la movilización de los pueblos, de devenires históricos que coadyuvan figuras fuertes como las de Perón o Evita, o Néstor, ahora ahí arriba, y Cristina, que nos resulta la mejor síntesis con lo que hoy sucede.

Perón, Evita, Néstor y Cristina
Nuestra historia es muy hacedora, con belleza y épica, con una entrega y una resistencia incomparable. Este movimiento es dinámico, transformador, estéticamente bonito y culturalmente no tiene techo, fronteras. Es tan rico que no hay precedentes en la historia de un movimiento que en 1945 haya generado una conducción como la del General Perón; que, a su vez, dé una figura trascendente que hoy es patrimonio histórico, cultural y social de la Argentina, la región y del mundo, como Evita. Y cuando todo estaba como para ser firmado por las minorías, las elites, o las oligarquías, para darnos el certificado de defunción, aparece Néstor. Y cuando todos decían: bueno, que esto termine, son un par de años y hasta luego, Cristina es la continuidad. No sé si hay antecedentes de muchos movimientos que en tan poco tiempo hayan dado figuras tan fuertes.

Somos una parte muy fuerte de la historia
Nuestra patria celebra el Bicentenario, 200 años de historia. Y nuestro movimiento, el peronismo, ya lleva casi una tercera parte, 70 años. Somos una parte muy fuerte de esta historia. Al mismo tiempo, el peronismo es joven, yo me siento joven, y estos compañeros de hoy de doce, quince, veinte, veintipico de años, que están militando con esta capacidad, con esta inteligencia, con este nivel de definiciones, en apenas 30 años van a ser hombres jóvenes y van a ser ellos los que gobiernen la Argentina, dándole con toda la fuerza al Centenario del Peronismo, con vigencia en nuestra nación y en nuestra Patria Grande. Y quizás como un paradigma generador de ideas y de posibilidades para amplias franjas de la humanidad.

Ahora más que nunca, después del triunfo de octubre, no hay que bajar los brazos, no hay que dormirse en los laureles, ahora se ven los pingos en la cancha. Ahora hay que trabajar más, militar más, con más responsabilidad, para ir por todo: para que no quede un solo pobre en nuestro país. Nuestro proyecto se hace con el pueblo, por eso Cristina gobierna para los 40 millones de argentinos y argentinas y, además, convoca a la unidad nacional. Pero esto tenemos que hacerlo, como decían Evita y Perón, con la base fundamental del peronismo: la humildad.

* Diputado porteño, designado Vicepresidente 2º de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Marx, el 19/20 y el kirchnerismo

 Por Amílcar Salas Oroño *
 
1 En Marx, las imágenes juegan un rol decisivo: permiten al lector figurarse mejor las dimensiones, los espacios y el tiempo del drama contenido en el conflicto entre las clases. Son recursos casi literarios, líricos, al servicio del análisis de las contradicciones y los antagonismos del capitalismo. Muchas veces ese juego de imágenes y palabras es intermitente: a veces quieren decir una cosa y a veces otra; son como murciélagos: según la sombra, pueden ser pájaros o ratones. Pero esa insistencia de Marx por cargar con símbolos y metáforas variadas a su ciencia viene de su propia percepción de que la realidad misma es un conjunto de signos. Los signos de la calle. La lucha de clases se reorganiza, también, por lo que es puesto por los planos de la supraestructura política e ideológica y las palabras de la calle, por cómo los imaginarios sociales ordenan las acciones cotidianas, desde las domésticas hasta las más trascendentes.
2. La pertenencia a una clase social, un estamento, un determinado grupo, no es una delimitación milimétrica, formal y estática, sino más bien dinámica, variable; los contornos de las clases son móviles. El nudo de nuestra encrucijada colectiva de hace una década fue que el neoliberalismo había llevado las cosas a tal punto que nadie –que no fuera de las elites o los sectores dominantes– sabía muy bien dónde estaba parado; por todos lados, incertidumbre. Las identidades de clase se tornaron difusas –unas más que otras– o bien se degradaban en distinta intensidad, al compás de un enorme mural en el que la pobreza devolvía pequeños fragmentos desoladores desde diferentes regiones del país. Desde mediados de los ’90 todo fue una secuencia de relatos dolorosos, donde la niñez se transformaba en sinónimo de pobre, la “portación de rostro” en el sustantivo juvenil y la vergüenza económica del padre en un hogar desangelado. De Tartagal a Neuquén, de San Justo a Rosario, las noticias de la calle traían mayoritariamente decepciones personales, progresos imposibles.
3. En ese contexto, la lucha de clases no se estructuró en un antagonismo de un bloque frente a otro, con canales de negociación; fue todo más desordenado, confuso. Aparecieron, sí, prácticas de clase (subalterna). Hubo prácticas de clase dispersas, solidarias, reparadoras. Mecánicas colectivas, ingeniosas, de mano en mano, que no construyeron un sujeto político específico, pero que tuvieron la potencia suficiente como para perforar la red ideológica que cubría la dialéctica social: símbolos e interpretaciones contrarios a los que proponía el neoliberalismo. El 19 y 20, como proceso histórico –esto es, el que viene de antes del 2001 y se proyecta hacia adelante–, quebró aquel molde autodisciplinador en el que había quedado capturado el sentido de nuestra democracia. Emblemáticamente lo hizo anulando la legitimidad de lo que constituye el último recurso del dominio estatal, el estado de sitio. El 19 y 20 cruzó esa frontera; estaba claro que después las cosas ya no serían iguales. Se fue desvaneciendo el edificio de los lugares comunes de lo que debía ser una democracia, lo que significaba ser ciudadano, los derechos, las obligaciones. Fue un proceso, un movimiento liberador y esencialmente destructivo, de negación: negarse a naturalizar aquellas imágenes, a convivir con esa realidad productora de aquellas imágenes. En el medio, un coro de voces pidiendo “orden”: los sectores conservadores, las elites.
4. Abierta la grieta, la elaboración de los nuevos moldes, parámetros y lenguajes democráticos prosiguió durante el kirchnerismo, sobre la base de una dialéctica sustantivamente distinta. La reafirmación de los nuevos imaginarios no surgiría desde las apuestas a prácticas de clase en una sociedad desvencijada, sino desde las decisivas palancas que impone la interacción entre políticas públicas, gobierno y estructura social. El Estado entró en escena para proseguir, desde este punto de vista, con la confección de una nueva metáfora de la democracia; como socializador, como integrador, normatizador y legislador. Obviamente es otra la contundencia cuando el Estado es el que se convierte en el organizador material y discursivo de la realidad: al mismo tiempo que recompuso certidumbres económicas e identidades sociales, mediante un abanico amplio de medidas heterodoxas y originales, emprolijando incluso las pertenencias de clase, instaló nuevos principios de reconocimiento intersubjetivo, revolucionando valores, empujando otras imágenes: “nos podemos casar con los mismos derechos”, “el trabajo de ama de casa es un trabajo”, etc. El kirchnerismo es, entre otras cosas, también un aporte a ese mapa democrático.
5. Este es otro país que el del 2001; los signos de la calle y las propuestas de los poderes políticos lo son. Hace una década, Inés Pertiné de De la Rúa armaba un apaciguador pesebre gigante en la puerta de la Casa de Gobierno para contrarrestar la atmósfera social; hoy , allí, puertas adentro, hay un salón con la imagen del Che, de Zapata, de Tupac Amaru... En aquel sentido no superficial ni secundario para Marx –el de la producción de signos, representaciones colectivas y significados de lo que puede ser una sociedad–, el recorrido que va de aquellas prácticas de clase a los efectos que puede producir la socialización política estatal del kirchnerismo muestra una conexión interna de sentido histórico; quizá sean momentos de un mismo proceso, el de la democratización de la sociedad argentina. Cuando Marx anuncia que “todo lo sólido se desvanece en el aire y todo lo sagrado es profanado”, se refiere a cambios de larga duración, no a un hecho específico ni a un relámpago puntual de la historia. El derrumbe de aquel universo (simbólico) democrático que tuvimos del ’83 al 2001 también llevará su tiempo: aún hay elementos que sobreviven, hay palabras, ideas y comportamientos que se resisten a ser desplazados. Pero da la impresión de que, por las imágenes que nosotros mismos reflejamos, algunos pasos han sido dados. A la manera de un topo, laborioso y animado.
* Politólogo (UBA).

viernes, 23 de diciembre de 2011

No te tardes en volver

Iván donde estés con una lágrima te saludo. No sé qué te pasó y no se si quiero saberlo. Solo te imagino la sonrisa acariciadora, las palabras gentiles y tu cercanía compañera como siempre. Te recuerdo en el Consejo de Económicas burlándote de los garcas de la Franja, cantando encolumnado en una Marcha de la Resistencia, bailoteando escabio en mi casamiento, en la tele y arengando a La Cámpora al frente. Economista militante, peronista que no le teme a la zurda y judío nacionalista popular. La puta que lo pario, ¡sí que te vamos a extrañar! espero que esos abrazos altísimos que te dábamos de punta de pie te los hallas llevado para el viaje para que no nos olvides y te hagan acordar que acá te estamos esperando en la próxima peña del Ateneo Cooke. Venite hermano y tráelo a Néstor también, nos vemos acá.
Juanjo

martes, 20 de diciembre de 2011

Iván no te vamos a olvidar


Iván no te vamos a olvidar
¡Hasta la Victoria Siempre!  


El economista callejero

“Estos asuntos de economía y finanzas son tan simples que están al alcance de cualquier niño. Solo requieren saber sumar y restar. Cuando usted no entiende una cosa, pregunte hasta que la entienda. Si no la entiende es que están tratando de robarlo. Cuando usted entienda eso, ya habrá aprendido a defender la patria en el orden inmaterial de los conceptos económicos y financieros.”

Así arrancaba casi siempre, con esa frase de Scalabrini Ortiz, sus charlas sobre temas económicos. Casi un lugar común entre los economistas del palo, pero en su caso, además de citarla la ejercía con consecuencia apasionada. Su compromiso era con todo. Como militante universitario fue presidente de la FUBA. De vendedor callejero de artesanías llegó a ser un joven economista brillante. Como bailarín de tango terminó poniendo una milonga. Como amigo y compañero fue un gran amigo y un gran compañero.
Hoy se nos fue Iván Heyn, un cuadro integral, un militante completo, un economista callejero. A pesar de su solvencia, de sus enormes conocimientos y de una inteligencia muy por encima de la media, su pasión siempre fue poder explicar las complejidades de la economía de manera tal que las entiendan los que las sufren. O sea el pueblo.
Te vamos a extrañar, Gordo, por polémico, por las noches en las que aprendimos a discutir de política y de economía como una forma de afianzar y sellar un compromiso y una amistad, hasta la última hora y hasta el último culito de Fernet. Por tu docencia constante, porque no había un tema en el mundo del que no pudieses dar una visión más o menos novedosa, combinando el monto justo de técnica y estaño. Por tu ritmo arrollador e imparable. Por tu cabeza galopante.
Con vos se va un pedazo de nosotros. Te vamos a extrañar mucho.
Tus compañeros de La Cámpora.



lunes, 5 de diciembre de 2011

Presentación de El Ojo Mocho


Presentación de El Ojo Mocho
Martes 6 de diciembre - 19hs.
Museo del Libro y de la Lengua
Av. Las Heras 2555 - Auditorio David Viñas


Presentan

  • Gisela Catanzaro
  • Américo Cristófalo
  • Gastón Salcedo