sábado, 30 de julio de 2011

Formulario de Empadronamiento de Graduados de Sociales UBA. ¡¡ Suma y sumate al Proyecto Nacional !!

Estimadas/os:

Les informamos que desde el día 12 al 16 de septiembre de este año se realizarán en nuestra facultad elecciones de los consejeros que nos representarán por nuestro claustro, tanto a nivel de Juntas de
Carreras, como en el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales. Además, este año se eligen directores para las cinco carreras de nuestra facultad por el sistema de “elección directa por voto ponderado”.
Se encuentra abierta la inscripción al padrón de graduados hasta el día miércoles 03/08/2011.  Inscripción necesaria a fin de poder participar en la elección por el claustro de graduados.
Para poder empadronarte necesitas completar el formulario que te adjuntamos a este mail.
Luego, tendrías que presentarlo en la Dirección de Graduados, trámite que no es personal.  Te sugerimos entregar el formulario de inscripción junto a los nuestros para poder hacerles un seguimiento y que finalmente no existan inconvenientes, ni se pierdan por el camino. Saludos y nos vemos pronto con la vountad y la alegría de sentirnos mayoría.

Para enviarnos el formulario te pasamos los mails de:
 Mariana Gomez: marian.gomez1982@gmail.com  1567110049
Gastón Salcedo: ilgastone@yahoo.com 15 5840 6885
Cristian Vaneskeheian: cvaneske@yahoo.com.ar
Juan José Olivera: juanjolivera@yahoo.com
lacamporagraduadosfsoc@gmail.com
Facebook: La Cámpora Graduados FSoc.

¡¡Empadroná y empadronate!!
Participá activamente en el Proyecto Nacional y Popular de Cristina y Néstor, 
¡Por una Universidad para Todos en el país de Todos!
Lo podes descargar de acá
http://www.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/formulario-de-empadronamiento.pdf
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o acá va un modelo de la info que necesitamos, abrazos


  UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES        
                                                Padrón de Graduados

FACULTAD DE EGRESO:...................................................................................................................................................


APELLIDO/S:........................................................................................................................................................................
NOMBRE/S:..........................................................................................................................................................................
DOCUMENTO DE IDENTIDAD – TIPO: DNI – LC – LE Nº ...........................................................................................
NACIONALIDAD:..................................................................................................................................................................


DOMICILIO PARTICULAR:..................................................................................................................................................
..............................................................................................................................................................................................
LOCALIDAD:........................................................... PROVINCIA:......................................................... CP:........................
TELÉFONO:......................................................................................... CELULAR:..............................................................
CORREO ELECTRÓNICO:..................................................................................................................................................


DOMICILIO PROFESIONAL:...............................................................................................................................................
...............................................................................................................................................................................................
EMPRESA O INSTITUCIÓN:................................................................................................................................................
LOCALIDAD:........................................................... PROVINCIA:......................................................... CP:........................
TELÉFONO:......................................................................................... CELULAR:..............................................................
CORREO ELECTRÓNICO:..................................................................................................................................................


ESTUDIOS REALIZADOS EN LA UNIVERSIDAD DE
BUENOS AIRES

FACULTAD:........................................................................
TÍTULO OBTENIDO:..........................................................
AÑO DE EGRESO:.............................................................
AÑO DE INGRESO:............................................................
ESTUDIOS REALIZADOS EN OTRA
UNIVERSIDAD

UNIVERSIDAD:................................................................
FACULTAD:.....................................................................
TÍTULO OBTENIDO:........................................................
AÑO DE EGRESO:..........................................................



ACTIVIDAD DOCENTE ACTUAL
UNIVERSIDAD:.....................................................................................................................................................................
FACULTAD:..........................................................................................................................................................................
CARGO:................................................................................................................................................................................
ANTIGÜEDAD DOCENTE EN AÑOS:............................................


NOTA: Declaro bajo juramento que los datos consignados en este formulario son correctos.


LUGAR Y FECHA:........................................................... FIRMA:................................................................



FIRMA Y SELLO DEL FUNCIONARIO INTERVINIENTE ....................................................................................................

jueves, 28 de julio de 2011

Graduados con FILMUS-TOMADA por el Proyecto Nacional y Popular

Graduados con FILMUS-TOMADA por el Proyecto Nacional y Popular 

Cada vez somos más los profesionales, intelectuales, graduados de distintas facultades de la UBA que nos juntamos, participamos, hacemos política desde nuestra condición de militantes, aportando nuestro saber especifico al proyecto colectivo que hoy representa el cambio en la Ciudad de Buenos Aires.

Sabemos que este momento puede ser una bisagra que nos permita apartarnos del camino antidemocrático y excluyente por el que la gestión de Macri condujo a nuestra ciudad. Poco se ha hecho, es mucho lo que falta, debemos andar nuevos rumbos y desandar otros tantos, y para ello debemos poner todo nuestro esfuerzo.

Eso nos convoca. Poner a disposición nuestro trabajo para replicar en la Ciudad, el cambio cultural y político que lleva adelante nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Ese proyecto, un proyecto que vuelve a poner en el centro la dignidad de las mayorías populares argentinas, es por el que vamos a poner todo de nosotros con la certeza de que es el único garante de un país mejor y una sociedad más justa.

Nos convoca una Ciudad que incluya, una Ciudad para todos y todas. Una Ciudad que avance desde sus particularidades locales, desde sus rasgos específicos, y desde su integración a un país que se piensa de cara a este Bicentenario de la patria proyectando un futuro de justicia, libertad y solidaridad. 


Por todo esto es que convocamos a los porteños y las porteñas a que este 31 de julio acompañen con su voto a la formula del Frente para Victoria encabezada por  los compañeros Daniel Filmus y Carlos Tomada. 
                                                                               

Espacio Graduados La Cámpora
GraduadosFSoc-La Cámpora/Sociales
La Cámpora Psicólogos/Psicología
Síntesis/Medicina
Economía Militante/Económicas
Ajus/ Derecho

lunes, 25 de julio de 2011

Macri, el kirchnerismo y la ideología

      

Las imagenes son agregadas por nosotros.

Ver nota en www.pagina12.com.ar
El país  |  Martes, 19 de julio de 2011
Reflexiones sobre el resultado de las elecciones en la Ciudad > Las motivaciones detrás de los votos

Por Amílcar Salas Oroño *
I. Una elección es, también, un registro específico de cómo determinadas ideas políticas atraviesan las diferentes capas y segmentos de una sociedad. De cómo ciertos puntos de vista y discursos partidarios decantan hacia abajo, y a la inversa. La representación política tiene eso, momentos ascendentes y descendentes: el “intercambio” de significados entre representantes y representados. Pero es importante tener en cuenta que esta secuencia de sentidos no ocurre en el vacío: hay un mapa existencial de la estructura económica que prefigura los marcos de las disputas. Los resultados de la última elección en la ciudad de Buenos Aires deben también ser revisados en esta clave.
II. El crecimiento económico de los últimos años ha modificado sustantivamente la fisonomía de la ciudad de Buenos Aires. Está claro que no en el plano de lo público, aquello que es potestad del Gobierno de la Ciudad: allí el desmejoramiento ha sido verificable como consecuencia, principalmente, de las distribuciones presupuestarias realizadas por la gestión del propio Macri en áreas sensibles de la convivencia común. El cambio más evidente se ha dado en una dimensión íntima, privada, particular. El ciclo económico nacional ha recompuesto, desde los diferentes resortes complementarios de la dinámica económica, la posibilidad de una (nueva) autopercepción individual: la de que el progreso personal no es una quimera estacionada en el pasado histórico. Es en ese sentido que estos años de kirchnerismo se nos presentan como una superación al encierro de expectativas sociales característico del neoliberalismo: los proyectos de realización individual y las expectativas de “movilidad social” han encontrado este tiempo histórico para relanzarse, para volver a pensarse como parte de la propia existencia (incluso combinándose con otros reconocimientos, por ejemplo, el matrimonio igualitario). Se trata de un fenómeno federal, lo que no quiere decir que sea homogéneo ni universal, ni que este reparador optimismo social se presente de manera similar en todas las provincias ni para todos. Son cambios que también se verifican en otros países latinoamericanos, producto de una combinación heterodoxa de, por un lado, un rol más activo del Estado en la regulación económica y, por el otro, la ampliación del mercado y del consumo; extensión paralela y continua de Estado y mercado al mismo tiempo, generando un nuevo ciclo de las expectativas personales.
III. Este cambio subjetivo –recostado sobre cambios objetivos– presenta en la ciudad de Buenos Aires características particulares. Automóviles, gastronomía, equipamientos domésticos, inclusión en general. El consumo situó en estos años la idiosincrasia de la Ciudad en otra dimensión, bien lejos de la recesión económica de hace una década y con otra imagen; aquellos agregados colectivos originales o el clima político de diciembre del 2001 se transformaron: ahora hay faltantes de... ¡blackberry! Lo que se dio en la ciudad de Buenos Aires, con el consumo como vector de la integración, fue una (re)socialización desde el mercado, a diferencia de otras regiones y provincias del país donde el Estado tuvo un protagonismo más quirúrgico y determinante, estructurador de las identidades poscrisis. Es precisamente esta situación la que está detrás de la última elección: a fin de cuentas, el PRO es básicamente eso, una ideología del mercado, del consumo; su compaginación con el contexto fue virtuosa. Su discurso gira en círculo sobre unos pocos elementos: la imagen del confort, la negación de la condición social del ciudadano y una estética del entretenimiento. No hay ética de la solidaridad, no hay tradiciones políticas, no hay patrimonio histórico a compartir, entre tantas otras cosas. Pero es precisamente por ser una ideología del mercado que el PRO ha realizado una excelente elección en general; en ese sentido, se trata de una fuerza política contemporánea a la época en la que se sitúa. El PRO elabora su discurso tomando como punto de partida ese mismo imaginario renovado del progreso personal a partir del consumo, sin retocarlo: se asienta sobre una percepción real, la metaboliza y ofrece un destino electoral compatible con la misma.
IV. Dado el contexto, el kirchnerismo no hizo una mala elección. El problema es que se enfrentó a una fuerza política con una determinada ideología para la Ciudad, con una determinada ideología para esta etapa histórica de la Ciudad. Por circunstancias múltiples y entrecruzadas, que van desde el vértigo de la agenda política del gobierno nacional hasta el contradictorio y sinuoso legado del progresismo de raíz antimenemista, el kirchnerismo nunca logró componer una ideología propia para la Ciudad, es decir, no identificó aquel punto de vista transformador –propio de su identidad como proyecto político– en la clave de la dialéctica social porteña. Esto hubiera supuesto, en primer lugar, estructurar un vínculo representativo desde hace varios años, con un mando de acción organizado y, en segundo lugar, registrar, analizar y elaborar esta época de la Ciudad. Un trabajo de mediano plazo que no se resuelve simplemente con “escupir al gorila”; tampoco lo resuelven únicamente el “periodismo militante” y el twitteo maratónico. Componer una ideología alternativa a la mera expresión del mercado, un programa que agregue la dimensión de la politicidad, del Estado, precisamente aquello que es la originalidad del kirchnerismo y de los otros gobiernos latinoamericanos. Que coloque a la (re)socialización desde el mercado en otro nivel, con otra mezcla cultural y diseños institucionales, y que la desplace de su funcionalidad afín a los sectores dominantes. Una combinación política contemporánea e híbrida en ideas y actores, que no implica obligatoriamente insistir en lo que se ha venido denominando progresismo.
V. Ni el “asco” ni la desafección política suprimen la tarea para el kirchnerismo de realizar una fotosíntesis ideológica en la ciudad de Buenos Aires. Su representación política lo espera. Una ideología que enmarque y potencie a la voluntad política, esa misma que, aún bajo estas circunstancias, llegó a un tercio del electorado. Siempre hay espacio para reorganizar estratégicamente las ideas; como nos apuntalan nuestras mejores tradiciones: la única lucha que se pierde es la que se abandona.
* Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (IealcUBA).

jueves, 14 de julio de 2011

fuerza macri

Ciudad amarillo patito nihilista
 
Puta madre cómo duele.
Ya no importa ese fuerte olor a garrapiñada de Acoyte y Rivadavia, ese que le hace mimos al alma, ni el aroma a madera quemada de la Línea A, que desemboca en el Ministerio de Economía, donde todavía hace agujeros la metralla aérea. Ni la Plaza de la Victoria, más conocida como Plaza de Mayo, esa que alberga el contenido clamor del curioso habitante de éstas tierras, esa Plaza que absorbe el resonar de lo público: grito vital que reverbera e inunda las calles de Buenos Aires: los urbanizados cabellos de la cabeza del gigante dormido. Plaza que asimila el resonar, lo digiere, para luego, mediante misteriosa alquimia, emanar un eco con los inconfundibles acordes de un pueblo viviendo su política. Tampoco importa ya la 9 de Julio de noche, con sus luces que amagan a desembocar en el Río, quizá con la loca fantasía de embarcar la ciudad entera en los mares del Atlántico. Ya no importa el verde laberinto de Parque Chas, con sus calles de raro nombre y sus misterios circulares. Poco importa ya Nueva Pompeya, el más barrio de los barrios. Nada queda de San Telmo y sus domingos vitales, poco importa la rica pizza en lo de Pirilo o la milonga en Plaza Dorrego, con su aljibe mágico y sus percusionistas sudorosos. Los artesanos, los hippis, los artistas, Defensa e Independecia (ese cruce un misterio albergan, seguro, me la juego), los borrachos, los gatos, los perros, qué lindo que es San Telmo puta madre, pero ya no importa. Ya no existen Boedo y Almagro, donde el olorcito del asado más se siente. Villa Crespo, el barrio de la paz, es un bello recuerdo de sábado a las 3. Saavedra y Núñez, qué rico es el aire por ahí, a veces, si se tiene buen oído, se nota que viene impregnado de las melodías del Río. Liniers, que exuda provincia y libertad. Hasta el gusto a sangre coagulada, hueso quemado y grasa rancia voy a extrañar de Mataderos. Flores, qué poco te queda, a vos y a tu salvaje esquina Nazca y Rivadavia, sitio de violentos ritos dionisíacos. Lugano: no te conozco porque siempre me dijeron que si voy a vos me matan, lo mismo para va para Soldati, perdonáme Soldati: compré el pescado podrido, ya no voy a poder visitarte, seguro te habita gente de fierro. De Caballito quizá quede la feria del Parque Rivadavia, ya no los raros y amarillos libros de Don Carlos, sino como frío soporte de libros de marketing político y administración de empresas. Mi Balvanera: a vos sí que te voy a extrañar, todos los días te voy a llevar una flor al cementerio de la Chacarita.
Puta madre cómo duele ver en lo que te convertiste, mi ciudad.
Hace rato te volviste nihilista (“nihil” significa nada, vos sos el “ismo”). Pero al menos sos consecuente: votaste al nihilismo, a la nada, ni siquiera a la derecha declarada, enemigo igual de temible, pero al menos respetable. Ni nuestro querido Tango (ya for export) nos puede redimir ya. El hombre de Corrientes y Esmeralda, ese que Scalabrini descubrió que está sólo y espera, ese hace rato se fue porque se cansó de esperar. Ciudad, dejaste de ser faro (quizá nunca lo fuiste) y ahora sos cloaca, basural. Te ganó tu esencia egoísta, tu esencia de ser puerto. Porque todo está de paso en vos, ¿te diste cuenta? Nada se queda y hecha raíces: las mercancías entran y salen, por mar, aire y tierra; los seres humanos entran y salen, por mar, aire y tierra; la cultura entra y sale, por mar, aire y tierra. Todo está de tránsito en vos, por eso no es casualidad que lo más importante para los/as votantes nihilistas, esos y esas clasemedieros/as de mentalidad tachera, sea la cuestión del tránsito. Si el tránsito no funciona bien, no pueden ser lo que son: gente de tránsito. Gente autista robotizada, mecanizada, peatones de histérica caminata con café en mano, tan apurados al pedo, por nada, salvo su diminuta vidita egoísta. Qué psicología de mierda la nuestra, psicología portuaria, bien llamada porteña.
Ciudad, te teñiste de amarillo: ¿qué te paso? ¿Tan poco bastó? ¿Unos globitos, una campaña vacía (más vacía aún que lo siempre sugerido por el marketing político imperante), buena onda, y un hombre-monumento-encarnación de tu nihilismo bastaron? Un empresario, un racista, un ignorante, un cínico, un vago, un nene rico que juega a ser político, ¿tan poco bastó para seducirte? Puta madre cómo duele verte así de entregada, así de sometida, así de engañada.
¿Al final resolviste que la solución a la indigencia es una patota paramilitar que se desliza en lo más oscuro de la noche? ¿Al final decidiste que la Educación y la Salud son gastos, no valen la pena ya para vos? ¿Te sacudís tu tradición de cultura así de fácil? Quizá tu cultura era una fachada, una condición transitiva de la guita que te llega y que generás. ¿Ahora te gusta ese lenguaje canchero de papa en la boca que habla tu monumento-humano- gobernante al nihilismo Mauricio Macri? ¿Y tu historia, tu poesía, tu arte, qué dicen? Tienen un nudo en la garganta de la angustia. Ya están pensado en mandar a mudar la guitarra, la pluma y el pincel, “¿para qué quedarnos en ésta manzana tan podrida?” se preguntan mientras hacen agonizantes garabatos posmo. Hasta a tus habitantes más pobres engañaste, ¿qué les vendiste?, ¿con qué los compraste? Si durante cuatro años sólo les diste palo, olvido y odio. Bicisendas, victimización y el chamullo de la fraternidad vecinal.
Ciudad: esa famosa “autonomía” le cabe tan bien a tu psicología portuaria… Y usás la Democracia no para igualar y posibilitar horizontes sociales más justos, sino más bien para cobijar la mediocridad y la indiferencia de la mayoría de tus habitantes. Qué “tenemos derecho a pensar diferente”, “que son tan fascistas como Macri los que no respetan las opiniones del otro”. Por supuesto que hay derecho a la cómoda ignorancia sistemática como modo de vida. Opten por ella. Optaron nomás. Si para ustedes, buenos electores, ser “fascista” es ser absolutamente intolerante con una expresión política encarnada y representada por Mauricio Macri, de UCEP, de hospitales y escuelas derruidas, de escuchas ilegales, de tasers para picanear, de complicidad y choreo contratista con tus amiguitos y familiares económicos, de palo, culpabilización y ninguneo a los hermanos peruanos, bolivianos y paraguayos, de meses sin gas en el Borda, de Finos Palacios como referentes policiales, de criminalización de la protesta estudiantil, de inundaciones y subsiguiente verso indemnizatorio; si ser inflexible ante todo esto es ser “fascista”, acá los saluda una jocosa mezcla entre la mismísima Falange mussolineana, las tropas del III Reich y el Ejército Rojo stalinista.
 En una gran paja autónoma te convertiste al final, ciudad. Auto-adulatoria y mal deseada por el resto ¡No vengan! O vengan, coman y váyanse. Acá la tierra ya está yerma, amarillenta, nada verde puede brotar. Gran Oficina humeante y gris, surcada de calles con nombres de héroes y garcas nacionales que le chupan un huevo por igual al distraído flotante que las camina. Estúpido Bazar Caótico infestado de las mejores marcas y las peores ofertas, las más publicitadas, las mejor vendidas, las más caras. Paraíso del gasto y el consumo bobo. Gran Shopping egoísta disfrazado de ciudad. Inmunizada contra los despojos humanos que duermen en la calle, esos y esas que ya no te sirven, esos y esas que te denuncian quién sos en verdad.
 Si en todo esto te convertiste, ¿quién sino un gobernante como Mauricio Macri te puede calzar mejor? Están hechos el uno para el otro.
Pero cómo duele la puta madre, igual. Sabemos que entrañables oasis te quedan. Laguitos de luz te quedan. Micro-resistencias te quedan. Manotazos de humanidad te quedan. Pero la verdadera esperanza, no hay dudas, está en el adentro profundo, que desde acá es un afuera inhóspito, que todavía por suerte no se agarró este cáncer hiper-urbano, sobrevaluado. La esperanza está ahí, en el llamado “Interior”, más allá del gobierno que sea, de la forma de Estado más o menos progre que sea, la materia humana más valiosa está ahí, en “las provincias”. Cuando éstas se sacudan el yugo porteño, ahí sí que se va armar lindo, ahí sí que vamos a empezar a construir una Nación y no esta pantomima de país de caudillismos regenteados por un puerto. Acá, en el “Exterior”, por lógica semántica, no queda nada, por eso triunfa alguien como Macri, no hay ningún misterio: triunfa alguien que no expresa nada, que no dice nada, que no hace nada. Y si algo hace, ocultándose en ese nihilismo que expresa simétricamente el pobre espíritu de la ciudad, es para los poquitos que poquitos quieren seguir siendo. Mátense entre ustedes. O peor, sigan viviendo como viven. Sí, a ustedes, en la cara se los digo: a familiares, amigos y desconocidos que ni quiero conocer, que se expresaron como se expresaron en las urnas, ese fetiche republicano que protege y amamanta su conservadurismo respingado, de quintita, de bolsillito amarrete.
    Hoy duele, avergüenza ser porteño y más duele que el mundo confunda al porteño con la Argentina toda.
   Vámonos de acá, de esta manzana podrida, con mente y cuerpo, no importa dónde. Espero algún día nos amiguemos, ciudad. Vámonos…
   “Al fin siempre es mejor viajar lleno de esperanza que llegar”, dicen los japoneses.
Alan Martín Ulacia ex-porteño

miércoles, 13 de julio de 2011

Debate y pescado podrido mediático en medio del balotaje

El espíritu de la ciudad

 Por Horacio González *
 
Las cifras contundentes de los comicios arrojan tanto el aliento como la dificultad. Al primero hay que redoblarlo; a la otra, vencerla. Momento, pues, de algunas preguntas. ¿Cómo se formó el macrismo? Incluso esta expresión –macrismo–, ¿cómo usarla para que describa la situación que atraviesa la conciencia política de una ciudad? ¿Podría perder su estado vaporoso y decirse con ella algo referido a las ideologías, a las formas colectivas de lo político? No es un fenómeno genuinamente popular, pero sus votantes forman alarmantes mayorías electorales. No lo es, a pesar de su red de punteros en barrios, sus coqueteos con las formas más macilentas del peronismo, sus arabescos plebeyos y los ornatos de una supuesta juvenilia en francachela. Sin embargo, no es fácil penetrar en la formación anímica de esta masa numerosísima de votantes. ¿Vienen de antiguas configuraciones de la ciudad-puerto, con sus acciones refractarias a una modernidad abierta y justa, o el macrismo anuncia otra modernidad posible para la ciudad, donde ya no importe la ciudadanía renovadora sino un conservadurismo que festeja tecnologías y renueva un pacto de beneficencia populista con sectores desposeídos? ¿Y éstos? ¿Son herederos de antiguas epopeyas, conservan el legado ya deformado de la inmigración democrática o expresan también oscuros prejuicios y gozan con virulencia de una inconsciente subalternidad?
Quien quisiera escribir la historia del macrismo deberá tropezar con la falta de sus antecedentes en el tejido político nacional, pero tiene referencias anteriores en todos los intentos de generar “fuerzas nuevas” despojadas de las marcas onerosas de la política nacional. Los precursores del macrismo se encuentran en el propio intento de crear movimientos “sin precursores”. No tener “historia” es lo que se exhibe como señal adecuada. ¿Reconoce tradiciones, legados, momentos precedentes en que inspirarse? Ya sabemos la respuesta. El macrismo parece portador del orgullo de haber sido creado ex nihilo. Todo en medio de globos de cumpleaños (“bienvenidos”) y de un desenfado para exhibirse orgullosamente sin marcas de una historia nacional, cualquiera que fuera. El arte de refutarlo no es deshistorizarse del mismo modo, sino haciendo atractiva la insospechada epopeya que ahora será necesaria para derrotarlo.
Gana el macrismo con una vulgaridad sutil. Lo vulgar del macrismo no fue siempre visto como un etéreo ingenio publicitario sino como un modo de encubrimiento de su verdadera raíz ideológica, rellena por demás de pliegues empresariales, gerenciales y mercadotécnicos. Nada de eso es ajeno a su realidad, pero hay algo más a decir. Esa superficie lisa, sobradora, desdeñosa de lo que es sustancial a la política –su complejidad–, no sólo encubre sino que ha encontrado una buena manera de presentarse publicitariamente como el ser mismo de lo político. La política como el extremismo de la simplicidad; la elocución plana, crasamente uniforme; lo meloso, lo esquivo, lo previsible servido en bandeja. En Buenos Aires, una mayoría social sorprendente lo viene escuchando. Mucho se ha escrito sobre los enigmas culturales de esta ciudad. La relación de la vida popular con los actuales resultados electorales es uno de ellos.
Imaginemos la historia misma de este precursor aparentemente sin nada atrás suyo: Mauricio Macri fue a colegios de primera, privilegios notorios combinados con una rebeldía señoritil respecto al orden paternal y empresarial, en el que la empresa –respaldo, al fin, de sus devaneos aventurescos– es invocada y abandonada como en toda ambigua relación del heredero con los poderíos que lo atraen y en los que se inspira para buscar, sin embargo, esos “caminos propios”. Boca Juniors fue una larga jornada preparatoria, lógicamente de más importancia que sus primeros trabajos como “analista senior” en la empresa de papá. Cuando hablaba con Martín Palermo u otros jugadores, un aroma de paternalismo se desprendía de ese joven que gozaba del infrecuente entretenimiento de ser presidente del club más popular del país como quien cae en una realidad ajena, a la que se llega con saltos sociales más largos que los que luego realizara sobre módicos baches urbanos. Su secuestro por parte de una banda policial ocurrió hace dos décadas y por un instante su suerte se pareció a los terribles acontecimientos que habían paralizado al país de espanto. Evidentemente, sólo quiso percibir ahí un aciago episodio particular que le ocurría al niño señalado por la fortuna y no un vestigio que lo introducía en jergas secretas y actos criminales surgidos de la urdimbre sobrante del terrorismo en el Estado. Por el contrario, vio allí procedimientos que achicaban su mundo entre policías que pedían rescate y policías que lo rescataron.
Se trata de una carrera política atípica y afortunada, y se inscribe allí aquel momento de infortunio que es como si hubiera ocurrido en una zona ajena a la sociedad argentina, donde se movieran solamente ángeles y demonios de una pesadilla exterior solucionada, olvidada. Pero ésas son las estaciones del aprendizaje de Macri y centro crucial, acaso, de su vida. Sin duda, el estilo de juerga estudiantil que su grupo ha adoptado es la otra punta o el resultado de la densidad histórico-política cancelada, lo que opera como taponamiento de los poros de sensibilidad social, aun las mínimas que todo ser político contiene.
El PRO surgió en algún momento como la última instancia de una borradura; sigla dentífrica, despojada de huellas, alisada de manera que con ella se pudiera hablar sin modular conceptos; sólo con sensaciones, chascarrillos o mohínes de desaire. Macri se expresa así, con el evangelio del buen muchacho. Su estilo desembarazado es el de quien busca siempre ser exonerado. Su opinión sobre la inmigración es apenas sobre el desorden. ¿Alguien escuchó racismo ahí? Su opinión sobre la cuestión policial es apenas sobre el autonomismo de la ciudad. ¿Alguien escuchó ahí espionaje, patoterismo o sorda disputa territorial? Su opinión sobre los vínculos sociales es un acariciar a la gente, la protección que palmea al anciano o se reconforta con el músico con rastas (el “juntos venimos bien” cierra de pinza de los que ya están respecto a los que se les da “bienvenida”, publicidad meliflua y eficaz que en su tontería tiene un activismo que le falta a las otras). ¿Alguien ahí escuchó demagogia o desprecio publicitario por las vidas reales? Dijimos que al hablar busca ser exonerado. ¿Por qué vamos a pretender que hable con el lenguaje real de las implicaciones sociales si él viene a negarlas con su negligencia deshistorizada? ¿De qué hablan?, pensará él cuando escucha palabras “ideológicas”, a las que tacha así sin ningún problema. Si él sólo quiere ser exonerado de ellas para mostrar actos desnudos de gobierno, parecerse a una tuneladora o a una parada de metrobús. Por primera vez en la historia de la ciudad rige la exoneración como ideología supina en el lenguaje público gobernante.
A pesar de todo esto, Macri pudo dar su mensaje y encontrarse finalmente con una gran médula empedernida de creencias de un vasto sector social porteño, que hace varias décadas viene amasando una ideología soterrada basada en diversos encriptamientos: de la ciudad frente a los flujos nuevos de población; de los domicilios privados frente a un mal exterior indefinido que atacaría en forma inminente; de las conciencias ciudadanas, agrias de carácter, frente a imaginarias amenazas sin rostro culpadas de las frustraciones imanentes del vivir metropolitano. La ciudad ha perdido así su espíritu, como si el cínico desenfado de un Durán Barba fuera por fin la última forma encontrada de vivir en una urbe donde decrecen las libertades espontáneas y aumentan las devociones planificadas. El mencionado asesor electoral hace tiempo ha propuesto a los iconos de Internet como modelo de vida y los clichés existenciales (“antes era prestigioso el cazador, ahora el ecologista”) como nueva ontología ciudadana.
La ciudad autónoma estaría pareciéndose a aquella que marchaba hacia la Batalla de los Corrales, en 1880, con líneas cruzadas entre el gobierno nacional y el gobierno de la ciudad, que ahora sólo podrán resolverse no con el autonomismo de derecha de Macri (autonomismo porteñista, desconfiado, sedimentado de oscuras vindictas) sino con un nuevo autonomismo frentista que pueda convocar –para la segunda vuelta estamos hablando– no sólo a fuerzas políticas coalicionadas, sino también –para hablar más especialmente el idioma de las grandes tradiciones políticas de cambio– a trabajadores, sectores medios, estudiantes, intelectuales, profesionales, a pequeños y medianos empresarios, a compañeros de las izquierdas o a los nacionalismos populares, que son un ala crítica de la ilustración argentina, sin dejar de integrarla. A cambio de la respuesta a ese llamado, los que lo hagan –evidentemente, los conglomerados que apoyan a Filmus y Tomada– deben a su vez adentrarse en el espíritu de la ciudad, indagar aún más en esa médula pertinaz de la urbe ensimismada, con un macrismo popular amasado en miedos harapientos que habrá que interrogar con más eficacia argumental.
La fusión macrista de lo político con una imagen de fiesta de adolescencia se mezcla con toda clase de tosquedades –a la manera de las que expresa Miguel Del Sel–, aunque no se las ofrece en forma directa porque también el macrismo tiene una mediatización cultural que, hay que decirlo, no es la mera proyección del género “Midachi”, sino que se las reviste del género “Unesco”. Pero es hora de pulsar las cuerdas aún no exploradas de una respuesta a las grandes jugadas de las derechas económicas, publicitarias, culturales y comunicacionales, con sus marionetas gozosas de extinguir la política como felices cumpleañeros. La política trata de cómo entender el presente. Y el presente trata de cómo desarrollar una política de entendimiento sobre lo que aparece resistente u oscuro. En las próximas tres semanas, una épica social necesaria deberá implicar esa clase de entendimientos.
* Sociólogo, director de la Biblioteca Nacional.

lunes, 4 de julio de 2011

Graduados con FILMUS-TOMADA-CABANDIÉ.

Somos graduados militantes y todos somos Juan.

Somos profesionales, intelectuales, graduados, cientistas sociales, que se juntan, que tienen ganas. Que militan, que participan, que hacen política para cambiar las cosas. Para transformar las cosas y ayudar al cambio en la Ciudad de Buenos Aires.

Sabemos que este es el momento de torcer este camino desastroso por el que nos condujo el gobierno de Macri, que poco se ha hecho, que son muchas las cosas que faltan y para ello debemos trabajar mucho. Por eso nos juntamos y decidimos continuar, en la Ciudad, la obra de Reconstruccion Nacional que lleva adelante nuestra presidenta Cristina Fernandez de Kirchner.

Este proyecto que lleva adelante nuestra presidenta es el que le está devolviendo la dignidad a las mayorías populares argentinas y vamos a poner todo de nosotros para seguir construyéndolo, mejorarlo cada día y defenderlo; porque sabemos que es la única forma en que podemos tener todos los argentinos un país mejor y una sociedad más justa.

Como graduados universitarios no venimos para juntar “cartones” de reconocimiento institucional o “fichas” para ir a una elección universitaria y quedarnos encerrados en confortables refugios académicos. Preferimos trabajar dia a dia al lado de los verdaderos cartoneros que recorren nuestra Ciudad de Buenos Aires, estar con todos los sectores que sufrieron los embates del neoliberalismo en los años 90, donde la Universidad de Buenos Aires no estuvo tampoco exeptuada del ajuste como tantas areas del Estado, y luchar juntos por la inclusión y el desarrollo de políticas que nos acerquen a tener una Ciudad más digna, con mejor educación, salud y trabajo para todos.

Una Ciudad y una Universidad abierta para todos y todas, integrada a un país que se piensa de cara a este Bicentenario de la patria proyectando un futuro de justicia, libertad y solidaridad.

Hay que reconsiderar el rol de los graduados en las facultades y también con sus organizaciones en la sociedad. No puede ser que la identidad del graduado  sea un lugar lejano y extraño donde la práctica se reduzca a votar cada 2 años llevado como ovejitas por los “telefoneros” que se encargan de hacer las “roscas” coyunturales.

Hay que pensar y empezar de nuevo la política en graduados. Reducirse solo a la participación en ese ámbito nos huele a malo y pasado. Dejar que ese ámbito sea para los ayudantes y becarios nos sigue encerrando en los muros académicos y nos aleja de los problemas reales de nuestro pueblo. Nos sigue “universitarizando”. Por otro lado, tampoco podemos ser la variable de ajuste del cerrado claustro de profesores, donde la mayoría de los que sostienen las clases no tienen derecho a voto.

Por eso venimos a discutir. Venimos a hacer. A patear algunas puertas para que se oigan las voces de la realidad del pueblo en los gélidos clautros académicos, como alguna vez lo hizo el genial Roberto Carri en el departamento de Sociología de la ex Facultad de Filosofía y Letras de la cual formaba parte en la década del 70.


Vamos por más

Porque hacemos muchas actividades a las que te invitamos a participar. Talleres, grupos de investigación, cátedras libres, damos clases todos los días en la Facultad, seminarios de estudio pero también de formación , charlas, debates, cortos, libros,  radio, etc, todo con entusiasmo militante. Vamos más allá de ir y votar cada dos años.

Por eso estamos aportando nuestra voluntad y trabajo militante en las Comunas de la Ciudad de Buenos Aires para defender el Proyecto Nacional y Popular que capitanea Cristina Fernández de Kirchner, continuando el ejemplo militante y combativo del inolvidable Néstor Kirchner.

Desde La Cámpora nos sumamos a esta red de espacios de participación y organización popular aportando nuestra militancia barrial, cultural, estudiantil y profesional. Estableciendo un compromiso con la sociedad y los problemas de la Ciudad de Buenos Aires.
Así, avanza desde los cimientos esta idea de entablar una relación mutua y compartida entre las universidades y el pueblo. Una relación tal vez olvidada por las burocracias académicas, ninguneada por los políticos tradicionales y bastardeada por las corporaciones multimediaticas de la información, pero revalorada e impulsada desde el 2003 por Néstor y Cristina.

En estas semanas estamos asistiendo al fin de un oscuro y triste período en que nos dejó Maricio Macri como jefe de un vergonzoso gobierno de la Ciudad. Macri ha rechazado las invitaciones de la UBA y otras universidades de esta Ciudad para debatir con nuestros candidatos del Frente para la Victoria, porque ve a las universidades como algo extraño y hostil para sus intereses de campaña. El goberno del PRO tiene esta percepción porque sabe bien que le ha dado la espalda a la educación, al trabajo, a la vivienda,  a la niñez, a los adolescentes, a los ancianos  y a la salud de esta Ciudad. Fue democratico con todos ¡a nadie le dio nada! Macri no se anima ir a debatir  a las universidades porque tampoco se animaría  a hacer este debate en ninguna plaza ni lugar público, porque se le caería la mascara o el antifaz. ¿Alguien se imagina por ejemplo el debate de Macri en algún hospital como el Borda, en alguna escuela sin gas o con techos a punto de derrumbarse, o en algún acentamiento de la Ciudad?

Los estudiantes y graduados de esta Ciudad, cansados de esta situación de desidia y bandono asumimos nuestro juramento y compromiso social militando y llamamos a votar por la lista 604 del Frente para la Victoria que lleva como candidatos a Daniel Filmus, como jefe de Gobierno, Carlos Tomada, Vice Jefe de Gobierno y Juan Cabandie, como primer legislador de esta hermosa Ciudad de Buenos Aires. ¡Vaya nuestro saludo e invitación a todos los compañeros estudiantes, graduados y vecinos de la Ciudad que se acercan a este nuevo espacio de La Cámpora para continuar el proceso de reconstrucción nacional que lleva adelante Cristina, y que vamos a votar su continuidad en este 2011 junto a nuestros candidatos por la Ciudad de Buenos Aires! 

¡Por reelección de Cristina en primera vuelta y la recuperación de la Ciudad de Buenos Aires!¡Vamos que llegamos compañeros! ¡Todos somos Juan!